La cumbre mundial del WTTC (Consejo Mundial de Viajes y Turismo) es una buena noticia que dejará algo de dinero en Sevilla, promoción y perspectivas de pingües negocios para las grandes empresas del sector, pero ni mucho menos es esa jauja que tanto los políticos como los directivos de dicho organismo nos prometen con impostado fervor. Sobre todo, no contribuirá a mejorar la calidad de la economía de Sevilla, que seguirá generando (cada vez más) un empleo de tercera y expulsando a una parte de sus jóvenes mejor preparados y ambiciosos. Simplemente, estamos ante uno de esos grandes circos del capitalismo global que gira por todo el mundo con sus propias burocracias y sus anuncios de inversiones fabulosas.
Que se celebre la cumbre de la WTTC en Sevilla, insistimos, es positivo. Pregúntele si no a los taxistas, comerciantes, rumberos, restauradores, etcétera que estos días ganaran algo más de dinero. Pero en todo este asunto, como en los Goya o en los anunciados premios de la MTV, se observa una evidente exageración, un desmadre de cifras y declaraciones. Esto es lo que nos pone en guardia, como los aldeanos que desconfían de los forasteros fanfarrones con anillos de oro y sonrisa de truhán.
Es cierto que la reunión de la WTTC nos ha traído a cientos de profesionales turísticos, a un puñado de ministros variopintos y a un Obama con jet lag que, como todo buen ex presidente que se precie, viaja por el mundo haciendo caja con conferencias recicladas, repletas de lugares comunes y piropos y requiebros de plantilla ("Si hoy es jueves, esto debe ser Sevilla. Una ciudad espectacular. Se come muy bien. Good bye, friends.") Sin embargo, no es, como algunos pretenden, lo mejor que le ha pasado a la ciudad desde el nacimiento de El Pali. La cumbre será flor de un día de grato aroma para los interesados, pero pasará como lo hicieron los gorgoritos de Rosalía y lo hará el chunda-chunda de la MTV. Y los principales problemas, los que llevan años sin resolverse (Metro, Ciudad de la Justicia, SE-40...) seguirán presentes. Oído en un bar céntrico de la ciudad a un periodista: "¿Por qué en vez de tanta cháchara con el turismo no establecen de una vez una conexión rápida, cómoda, barata y segura con el Aeropuerto?" Ahí es donde queremos ver al alcalde, y no vendiendo motos y humo preelectoral. Dentro de algunos años, alguien nos preguntará: ¿Sabe usted qué es el WTTC? Y nosotros contestaremos: ¿El WQUÉ?
Luis Sánchez-Moliní
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