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Entrevista a Marco Lara Klahr, periodista mexicano, especializado en el periodismo para la paz


Periodista para la Paz


Entrevista incluida en el libro Periodismo: un mundo de especializaciones


1- ¿Qué lo llevó a usted a especializarse en el periodismo preventivo? ¿Cómo ha sido ese proceso?

El periodismo para la paz se basa en la teoría de los conflictos. Es una corriente del periodismo desarrollada por Johan Galtung, que es la figura más destacada; yo he trabajado sobre esa escuela y lo lleve a Galtung a México a realizar talleres de periodismo para la paz. En ese camino he encontrado otras escuelas de periodismo posteriores a estas que incluyen el periodismo preventivo y otra corriente que se llama periodismo sensible al conflicto. Básicamente yo soy un reportero que desde el principio, como periodista en general, he trabajado desde los principios de los años 80 como periodista de seguridad, justicia, derechos humanos, conflictos sociales, etc.; en este camino fui encontrando prácticas periodísticas validadas desde la redacción o que son parte de cadenas de criminalización de personas, de basurización de víctimas, de exhibición mediática de personas víctimas de delito, criminalización de movimientos sociales. En ese camino tuve que armarme de herramientas teóricas y prácticas, no sólo para entender la razón y el sentido de esas prácticas tóxicas socialmente, sino también encontrar dentro del periodismo formas distintas de informar, formas distintas de proponer un periodismo sobre el conflicto, la violencia y la criminalidad.


Yo trabaje en los primeros años como un periodista relativamente convencional de policiales, básicamente mi trabajo era andar por la zona conurbada de la ciudad buscando cadáveres, buscando personas muertas trágicamente para fotografiar, era un periodista de lo que se denomina crónica roja. Sin embargo fui encontrando que esto tenía severas implicaciones para mi estado mental, no tenía una formación de ética periodística, como en gran parte de Latinoamérica que se aprende el periodismo por usos y costumbres. Era un periodista práctico, luego obviamente estudié en la universidad.


También veía prácticas de tortura, había periodistas que golpeaban a personas detenidas para que se auto incriminaran, todo eso me pareció aterrador, injusto, abusivo y entonces eso me hizo meterme en la Universidad Autónoma de México, estudiar periodismo, aprender economía política, sociología, teoría social y adquirir herramientas de tipo teórico para reflexionar sobre eso y ya después fui encontrándome con otras posibilidades de hacer periodismo, como el periodismo cívico, hasta que llegué al periodismo para la paz y ahí ya a otras formas como el periodismo para la prevención de la violencia.


2- ¿Qué tan valorado siente que está el periodismo preventivo por la sociedad y por los medios de comunicación?

Yo identifico olas, hay momento en que hay una mayor visibilidad para el periodismo para la paz y hay momentos en que, da la impresión que desaparece del mapa y hay momentos en el que es desacreditado, cuestionado, entonces debo decir que en general no son enfoques de periodismos que sean practicados de manera sistemática. Sin embargo, sí debo decir que hay crecientemente medios, sobre todo en ámbitos locales, que practican lo que se conoce como el periodismo hiperlocal y el periodismo participativo y el periodismo ciudadano, y en esas tres corrientes están absolutamente imbuidas por el periodismo para la paz y por el periodismo de prevención. Lo que estoy queriendo decir es que en el mundo predomina el periodismo corporativo, asociado a medios corporativos, que es un periodismo utilitario, generalista, oportunista, coyuntura, excepcional y hace seguimientos integrales; en general es una visión bastante superficial de la información, pero sí debo decir que cada vez hay en el mundo medios que son resultados de la acción ciudadana articulada al trabajo de los periodistas que están haciendo un trabajo interesante con esos enfoques de periodismo preventivo o periodismo para la paz. Por ejemplo, estoy pensando en el trabajo que hace el Center of Public Integrity de Washington que es un centro conformado por periodistas veteranos que hacen investigaciones sobre casos de minerías, tabacaleras, de alimentación, de los alimentos transgénicos; ellos, si bien son subvencionados por fundaciones y donaciones del público, venden sus historias a BBC, al Washington Post a The New York Times, etc. Hay otros casos super interesantes en ese sentido, en Toronto, New York, India y en otros lugares, es decir que, hay un montón de experiencias locales y no locales empeñadas en hacer un periodismo con un enfoque diferente, en gran medida como un recurso social para la prevención social de la violencia y para la construcción de la paz en escenarios de conflictos.


3- ¿Cuáles son los principales conflictos y presiones con las que se encuentra en el desarrollo de su actividad dentro del periodismo preventivo?

En realidad el gran problema, sin pretender satanizar, es que la industria global de las noticias, es una industria leonina que tiende a erigirse y actuar como un poder fáctico (sic), eso genera dinámicas globales de desinformación, porque esas corporaciones llenan la atmósfera de basura mediática, y entonces queda suprimida la posibilidad del derecho a la información y a la libertad de expresión; ese me parece que es un problema severo, me parece que es un problema que se ha exacerbado en la medida que la sociedad transita integralmente hacia el espacio público integral, es decir, que sin el espacio analógico tenemos una represión de los corporativos mediáticos en el espacio digital. Esa presión implica una supresión creciente de los espacios de libertad y dinámicas donde ya prácticamente no identifican la diferencia entre un producto mercantil y uno informativo socialmente útil. Ahí hay un problema severo, me parece que los corporativos al no tener límites democráticos, al no tener competencia natural de una democracia, al quedar con una supremacía de mercado bajo el neoliberalismo, básicamente suprimen posibilidades desde la comunicación y el derecho a la información.


La democracia está como nunca en riesgo justamente por su modo relacionado a la libertad de expresión y el derecho a la información. Entonces: ¿cuáles son las soluciones hacia eso? Yo identifico que una solución es que las personas, las comunidades, los colectivos nos articulemos, hagamos redes de información, como ya está ocurriendo, es decir, me parece que Greenpeace es un ejemplo de cómo se puede distribuir información y hacer experiencias ciudadanas que aún tiene impactos propios corporativos, como sucedió con los Panamá Papers; entonces creo que lo importante es que, como nunca en la historia de la humanidad, es evidente que los ciudadanos que estamos interesados en ejercer plenamente nuestro derecho a la información y nuestro derecho a la libertad de expresión tenemos que tomar en nuestras manos el asunto.


4- ¿De qué manera impacta en tu profesión el avance de las redes sociales, los blogs e Internet en general?

Las redes sociales son recursos estupendos, hay gente que por un lado hace la denostación del espacio público digital y las redes porque considera que hay demasiada libertad; es una idea que a mí me parece ridícula, la libertad no es demasiada, o es plena o no es libertad. Por otra parte, hay quien piensa que la no regulación del espacio público digital es un riesgo para el crimen organizado y para quienes ofenden a personas o se dedican a denostar personas o a exhibir personas.


Mi punto de vista es que el espacio público digital es un reflejo clarísimo del espacio público analógico y entonces no tendría por qué no reproducir lo mismo que vivimos en el espacio analógico en primer lugar; desde otro lugar las redes sociales son una oportunidad estupenda, por ejemplo en Tanzania hay un ejercicio buenísimo de periodismo preventivo que se hace a través de WhatsApp, hay crecientes experiencias micro locales donde se está usando Facebook y Twitter para promover o abordar debates sobre problemas sociales relativos a violencia o para la prevención. Yo mismo tengo un equipo para le gestión de mis redes sociales, y no es que yo tenga muchos seguidores, sino que yo tengo seguidores de calidad, seguidores que son pocos y que replican, y mi estrategia no es atraer muchos sino atraer los que a mi me interesan, entonces yo tengo prácticamente un equipo de trabajo que trabaja con una agenda específica y el resultado es que nosotros tenemos una enorme capacidad de diseminación. Yo trabajo en proyectos de comunicación, por lo menos en 10 proyectos de comunicación alternativamente, comunicación para la paz, para la prevención, para la justicia penal y a través de todos ellos utilizó los medios digitales y también tenemos narrativas transmedias y hemos tenido experiencias estupendas, con la Clínica Jurídica Universitaria de la UNAM, revertimos una sentencia de la corte sobre personas con discapacidad que pretendía limitar aún más sus derechos; mediante una estrategia de comunicación donde visualizamos un contenido, generamos todo un movimiento social, generamos una expectativa sobre el momento en el que la segunda sala iba a emitir ese fallo sobre una resolución sobre personas con discapacidad psicosocial e intelectual. También soy editor asociado de Etixx, que es un salón virtual sobre derechos digitales de una fundación alemana. Lo que quiero decir es que yo llevo unos treinta perfiles de Twitter y Facebook con un equipo donde estamos trabajando en la acción ciudadana, con enfoque para la paz, con enfoque de legalidad, con enfoque de nutrir el debate, proponer una discusión inteligente e informada y madura, y eso nos funciona.


5- ¿Considera que el periodismo preventivo puede ser una herramienta de transformación social? ¿Por qué?

Me parece que desde luego, es decir sobre todo en América Latina, tenemos el populismo punitivo que ha generado un ambiente social polarizado, entonces el periodismo para la paz y el periodismo preventivo no solamente son recursos sociales para el desescalamiento de la polarización social y permitir espacios de diálogo y debate, de interlocuciones, sino además para contribuir al entendimiento de la violencia, identificar los agentes que se benefician con la violencia, prevenir problemas estructurales o alertar sobre problemas que pueden derivar en violencia. Me parece que un ejemplo clarísimo de este periodismo es el caso de “El Faro” de El Salvador, que es un fenómeno que hoy se conoce como “La Tregua”. A través del trabajo que hizo “El Faro”, por primera vez según yo identifique, la sociedad salvadoreña pudo hablar con mayor naturalidad del problema, identificar el problema de las pandillas como un problema propio y no como un problema que cayó de Marte; hubo un debate social y vibrante, el tema estuvo en los medios durante dos años, opinó el gobierno, opinaron los jóvenes, hubo montones de ejercicios de diálogo, hubo una reducción relativa de los homicidios, entonces yo creo que ahí hay un ejemplo de la potencia del periodismo preventivo.


6- ¿Cree que el periodismo para la paz necesita una preparación académica específica?

Yo creo en la especialización, aquí todavía periodistas veteranos, sostienen que el periodismo no es una profesión, que es un oficio, yo por supuesto los he enfrentado históricamente. Yo trabajo en la Universidad Autónoma de México y es una de mis obsesiones con mis alumnos; el periodismo es una profesión, una de las herramientas de las que dispone el ciudadano para informarse y para hacerse escuchar, entonces no puede quedar eso en manos de un “trovador de los buses”, tiene que ser una persona con alta probabilidad ética, tiene que ser una persona intelectual humanista, que tiene altísimos estándares de herramientas y recursos para el entendimiento y la traducción de fenómenos sociales de interés público y hacia el público, y que hoy más que nunca es necesario, porque paradójicamente, si bien el periodismo de maquila está desapareciendo por la curaduría de contenidos; hoy más que nunca hay trabajo y posibilidades para el periodismo profesional, pero ya dentro de una lógica reticular y transmedia, entonces para eso necesitamos una altísima especialización en periodismo de datos, en periodismo para la paz, en periodismo de prevención, en periodismo hiperlocal y sobre todo el periodismo participativo, que está basado en ir desde quien tiene la experiencia hacia quien la quiere o la necesita conocer y la reinterpreta, entonces el periodismo especializado es algo hoy prácticamente vital para mantenerse en el periodismo, a menos que uno quiera quedar fuera, como pasa con muchos de mis alumnos que se van a la industria, y luego quedan en el desempleo, frustrados, entonces yo les insisto que si quieren prevalecer en el periodismo deben entender que la profesión periodística es una profesión de largo camino, exige paciencia, resistencia, persistencia, estrategia, malicia, formación y especialización y en ese sentido el periodismo se vuelve maravilloso.


7- ¿Qué relación encuentra usted entre el periodismo preventivo y el turismo?

Yo creo que mucha. El periodismo tiene que ser un instrumento para generar posibilidades de entendimiento en la violencia, evitar la psicosis social, problematizar la violencia, identificar si hay violencia y sobre todo explicar de manera persistente como una agenda editorial qué problemas o qué conductas o qué hábitos estructurales de una sociedad pueden conducir a violencia. Por ejemplo, la extorsión, los mercados de drogas ilícitas, la corrupción policial, todo eso tiene un enorme potencial de generar violencia y entonces ahí está el periodista para advertirlo, está el medio para problematizar y aportar insumos sobre cómo transformarlo, cómo prevenirlo, entonces me parece que un problema del periodismo en general es que es reactivo, es decir, paradójicamente siempre el periodismo va a ir detrás de la noticia, es decir una vez que ya ocurrió, no es que sea un sagaz buscador. Me parece que una de las cosas más estimulantes del periodismo preventivo es que son capaces, generan herramientas, enfoques que permiten a la comunidad anticiparse en la identificación de problemas que pueden derivar en conflictos y que pueden derivar en violencia. Entonces eso me parece que particularmente en entornos turísticos es de primer orden.


8- ¿Cuáles son sus apreciaciones para con el periodismo turístico?

No, no tengo nociones, es decir recuerdo hace mucho tiempo cuando yo trabajaba en un periódico importante, que se había ido desarrollando una especialidad de periodismo turístico. Ahí recuerdo que había proyectos de periodismo turístico, pero no, no tengo noción. Solamente te puedo decir que algo que me preocupa de lo que veo, tanto en el periodismo financiero, el periodismo de negocios, el periodismo de espectáculos, es decir el soft news, periodismo de deporte, me preocupa más que el en el hard news que se mezclan hasta confundirse los negocios con el periodismo, entonces creo que allí hay un desafío poderosísimo que tiende a desaparecer el periodismo y que el periodista se vuelva comerciante, es decir patrocinadores de la información.




Autores: Mauricio Eduardo Fernández, Javier Alejandro Helin

Publicado por: Neuza Fernández Celedón




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