La iglesia de Santa Ana está ubicada frente a la estación de Glew, a 30 kilómetros aproximadamente de la Ciudad de Buenos Aires.
Una noche en el Teatro Colón, el maestro Raúl Soldi, escuchó a una amiga de su mujer que había comprado una casa en Glew. Ignoraba dónde era, pero fueron invitados a pasar un invierno allí. Se enamoró de la ciudad, tranquila que era “un páramo desolado, una casita cada tanto, un hombre de a caballo, un carro, unas gallinas atravesando la calle, picoteando entre el polvo reseco de la huella.”, según propias palabras del artista.
Santa Ana estaba llena de santos hechos de palo y Soldi convenció al párroco de que los frescos iban a quedar mucho mejor. El entusiasmo de Soldi contagió al cura y se hicieron los trámites correspondientes en la Curia de la Plata para pintar la iglesia, tarea que comenzó en 1953; incluso el padre Jerónimo lo ayudó. Veintitrés veranos el artista dedicó a esta obra. Soldi comenzaba a trabajar a las siete de la mañana hasta que caía la tarde, en un andamio rudimentario. Le producía mucho placer ese trabajo, y cuenta que a veces venía un fraile, amigo del párroco, que era músico y poeta y mientras él pintaba le leía poemas en voz alta y también hacía música en el órgano. Soldi pintó a este fraile -después de su muerte- y dijo: “su rostro ha quedado arriba, pintado en el coro, como yo lo veía, dorado por la luz cálida del verano, en las tardes apacibles y aldeanas, cuando los seres y las cosas parecían tocados por la gracia de Dios“.
La casa donde vivió Soldi, hoy es la Fundación Soldi, museo y teatro (Gorriti y Obligado) y la Biblioteca Popular Pablo Rojas Paz ( a la vuelta de la Parroquia) ya cumplió 53 años desde que abrió sus puertas al público y también fue una donación del artista al pueblo de Glew, en palabras suyas "fue su mayor obra" y en sus comienzos funcionó como centro de alfabetización para adultos. “Nada de lo que he pintado, me ha dado tanta alegría como el ver a una señora de setenta años que, en una de las clases de alfabetización, escribió su primera carta a la familia radicada en Santiago del Estero. Pienso que es un poco la obra de mi vida y gracias a mi mujer, que fue la de la idea, la hemos llevado a cabo”, había declarado el artista.
Se puede visitar de martes a domingos de 9.00 a 13.00 y de 17.00 a 20.00 en calles Aristóbulo del Valle y Raúl Soldi, Glew, partido de Almirante Brown, Buenos Aires
Silvia M. Vázquez
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